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martes, 21 de diciembre de 2010

SOLSTICIO DE VERANO

En los antiguos mitos a los solsticios se les llamaba "puertas". Por esas entradas cada estación daba acceso a un determinado grupo de energías o vibraciones.Por esas entradas cada estación daba acceso a un determinado grupo de energías o vibraciones.



La "puerta de los hombres" correspondía al solsticio de verano (del 21 al 22 de junio).



Después como ha ocurrido tanto y tantas veces el cristianismo le ha dado su propio significado para que los rituales paganos fueran sacralizandos y transformados en celebraciones religiosas a fin de atraer al pueblo hacia el nuevo credo. La celebración del Samheim, por ejemplo –(los celtas celebraban el 31 de Octubre)- era la Puerta del Mas Allá, pero la Iglesia la convirtió en la fiesta de Todos los Santos. Si nos fijamos en el simbolismo de Halloween, comprobaremos sin embargo que tiene más de ritual celta que de cristiano. Pero este es solo un ejemplo, porque en realidad cada solsticio tenía su ritual y curiosamente la cristiandad a partir de la edad media, fue adoptando e incorporando a su liturgia las celebraciones que coincidían con las estaciones, con el fin de cristianizar el paganismo.

El tema es apasionante y extenso, pero vamos a centrarnos en la celebración de de San Juan la noche mas corta del año en el hemisferio norte. Próximamente iremos profundizando en cada una de las celebraciones paganas según se aproximen las fechas.
En los albores de la humanidad los primitivos habitantes del planeta comprobaron que a partir de un día, (ellos desconocían la razón) el sol fue perdiendo fuerza y horas de luz hasta llegar el invierno en el que los rayos eran sumamente débiles y pensaron que un día, el astro desaparecería y no volvería mas; y temieron por su supervivencia; ellos no sobrevivirían si su luz, así pues, comenzaron a invocarlo pidiendo protección mediante ritos y celebraciones. Y el Fuego fue la antorcha de oración, símbolo de luz y de calor que alumbrando la oscuridad nocturna con la hoguera, atraía el favor del divino logo en la esperanza que los males se alejasen.
Los druidas llamaron a este ritual Alban Heruin. Y cada año en la misma fecha para conmemorar el poder del sol, encendían hogueras y hacían rituales buscando la bendición para las tierras y sus frutos, así como buenos augurios para los enamorados y fertilidad para las mujeres.
En Grecia este día, y coincidiendo con el solsticio de verano, se dedicaba al dios Apolo. Los griegos encendían grandes hogueras de carácter purificador. Los romanos, por su parte, dedicaron a la diosa de la guerra Minerva unas fiestas con fuegos y tenían la costumbre de saltar tres veces sobre las llamas. Ya entonces se atribuían propiedades medicinales a las hierbas recogidas en aquellos días.

Esta tradición se ha continuado a través de los siglos, como si fuera una pauta genética instalada en nuestra cadena de ADN. Veintiún siglos después realizamos en las mismas fechas durante esa noche, todo tipo de rituales relacionados con el fuego purificador que destruye el mal prolongando la vida y concediendo la prosperidad. En esta noche, la luz reina sobre las tinieblas, y desde todos los rincones del planeta se encienden hogueras en las calles, la gente baila y salta por encima del fuego donde se quema todo lo dañino y perjudicial con la esperanza y el sueño de un mañana mejor .

Una vez mas y sin importar de donde surgió la idea ni como la celebración cruzo el océano en uno u otro sentido, nos encontramos con que los pueblos de América tenían rituales muy parejos a las nuestras y con el mismo objetivo.

En México, los guerreros aztecas estaban dedicados al sol y cooperaban con el en la “renovación de los fuegos”. Por su parte los Incas del Perú festejaban, el Inti-Raymi (o la fiesta del Sol) en la impresionante explanada de Sacsahuamán, muy cerca de Cuzco. Justo en el momento de la salida del astro rey, el inca elevaba los brazos y exclamaba: “¡Oh, mi Sol! ¡Oh, mi Sol! Envíanos tu calor, que el frío desaparezca. ¡Oh, mi Sol!”, según cuentan B. Ortega y A. Solares.

Siguiendo con la trayectoria global para los indues Indra es el fuego primordial y es adorado de la misma forma y en las mismas fechas. Las cenizas se conservaran por todo un año y algunos de sus habitantes pueden leer el futuro mediante la formas de las llamas de las hogueras.

La Tradición bíblica cuenta que Zacarías recibió en sueños al arcángel Gabriel quien le notifico que iba a tener un hijo, pero nuestro contactado no lo creyó porque su mujer Isabel, era estéril: En castigo Zacarías quedo mudo, hasta el nacimiento de su hijo Juan que seria después el llamado Bautista. En agradecimiento a Dios, Zacarías repartió por el pueblo hogueras de fuego que el mismo saltaba por encima de las llamas mientras recitaba cánticos de bendición al altísimo y anunciaba el nacimiento de su hijo. Y eso es lo que la Iglesia catolica conmemora el 24 de Junio, el nacimiento de Juan Bautista.


El solsticio es aquel instante en que el Sol se halla en uno de los dos trópicos.


Esto ocurre el 21 de junio para el Trópico de Cáncer y el 21 de diciembre para el Trópico de Capricornio. El solsticio de diciembre hace, en el hemisferio boreal, que el día sea más corto y la noche más larga del año; y en el hemisferio austral, la noche más corta y el día más largo. El solsticio de junio hace, en el hemisferio boreal, que el día sea más largo y la noche más corta del año; y en el hemisferio austral, el día más corto y la noche más larga.

El equinoccio es aquél instante en que, por hallarse el Sol sobre el Ecuador, los días y las noches son iguales en toda la Tierra; esto ocurre anualmente el 21 de marzo y el 22-23 de septiembre.

La latitud de los trópicos no puede ser otra que 23º 27'; al igual que la de los círculos polares es 66º 33'; es decir, 90º - 23º 27'.

La Tierra, en su movimiento anual alrededor del Sol, provoca distintos tipos de iluminación. Los dos extremos contrarios de iluminación terrestre son los solsticios de verano e invierno, siendo los equinoccios de primavera y otoño idénticos en cuanto a iluminación terrestre.

Solsticios y equinoccios totalizan los cuatro instantes en que anualmente se produce un cambio de estación. El cambio de una estación a otra, así como de un estado de soleamiento a otro no se produce de forma repentina; el mismo movimiento de rotación y traslación terrestre produce un cambio constante y gradual que acontece con el sucesivo transcurrir de los días, semanas y meses.

En las regiones cercanas a los polos, el 21 de marzo, el Polo Norte recibirá la luz del Sol, mientras que sobre el Polo Sur reinará la oscuridad durante unos seis meses. A cada rotación de la Tierra, el Sol permanecerá visible sobre el horizonte durante las 24 horas mientras que al día siguiente aparecerá más alto en el cielo. Tras alcanzar alrededor del 21 de junio su máxima altura sobre el horizonte, el Sol comenzará un lento movimiento de descenso, casi una espiral vista desde el polo, que nuevamente lo llevará al horizonte alrededor del 23 de septiembre. Durante los seis meses siguientes, la luz del Sol no caerá ya sobre el Polo Norte, siendo el Sur el que disfrutará de un prolongado día con unos seis meses de iluminación o soleamiento.

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