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miércoles, 24 de agosto de 2011

IMAGENES DEL MAS ALLA Y PSICOFONIAS

        Quienes dicen haberlos visto los describen como siluetas o sombras monocromas, por lo general oscuras o blanquecinas, más bien difuminadas, nebulosas o antropomórficas, de carácter inmaterial y trasparentes, que flotan y pueden no estar completas o no tener rasgos definidos ni rostro; pero también y más raramente aparecen opacos, de cuerpo entero y con apariencia humana normal. Algunos parapsicólogos afirman que cuándo se mueven adoptan la apariencia de esferas de luz u orbes. Su aparición no suele sobrepasar unos segundos, raramente un minuto; cuando ocurre la temperatura baja sensiblemente; los pueden acompañar aromas penetrantes, golpes, ruidos, música o voces (los llamados fenómenos electrónicos de voz, mal llamados psicofonías), pero estos fenómenos pueden darse también aisladamente. Su aparición provoca a veces en seres humanos de su entorno fatiga o depresión; en los lugares y en el momento de su manifestación se ha medido una carga electromagnética inusual.[1] Es bastante común, además, que en su proximidad se descarguen las baterías de los aparatos eléctricos o se apaguen las luces, de forma que parecen manipular (absorber, y menos frecuentemente expulsar) una cierta energía cinética (en forma de movimientos de objetos, frío o calor) o eléctrica, o estar relacionados con distorsiones en las mismas. Motivo recurrente de su aparición es un cambio físico en su entorno: obras de reforma de una casa, aparición de un nuevo habitante en la misma, etcétera. Otras veces es un cambio anímico: un hecho trágico, o bien un fallecimiento o nacimiento recientes o un hecho emocionalmente significativo.

Como las leyendas etiológicas, están ligados a un lugar, una leyenda, un mito, una noticia trágica; algunos, los llamados residuales, realizan siempre los mismos actos y se aparecen periódicamente, pero su actitud no es comunicativa ni necesitan la presencia de seres humanos para manifestarse, por lo que pueden ser grabados por cámaras ocultas; los de otro tipo sí son conscientes y pueden interactuar y sostener corto diálogo con las personas presentes, pero lo corriente es que terminen siendo esquivos y huidizos, ya que su manifestación visible es siempre discontinua y nunca se prolonga largo tiempo; podría decirse que tienen más miedo o angustia ante los seres vivos que estos ante ellos; sólo unos pocos son abiertamente benéficos, o malignos y hostiles. Algunas veces han sido vistos y grabados traspasando muros sólidos; algunos pueden mover o transportar objetos de leve peso, pero siempre por poco tiempo. Obedecen a las leyes de la perspectiva según el punto del espacio desde el que se los contempla; muchos parecen sólidos y opacos, por lo que pueden ser filmados; se reflejan en los espejos y producen ruidos sincronizados con sus movimientos (pasos, etc). Generalmente dan la impresión de ser tan reales como las personas vivas, aunque sólo durante un periodo de tiempo muy breve.
Helena Petrovna Blavatsky (1831 - 1891) escritora, ocultista, teósofa rusa y una de las fundadoras de la Sociedad Teosófica (retrato de 1877 en Nueva York).Ciertas personas, los llamados clarividentes, médiums, Ashanes o chamanes, dicen observarlos con frecuencia o poder comunicarse con ellos; asimismo prácticas conocidas como la canalización mediúmnica y la necromancia o nigromancia aseguran poder hacer que los muertos se encarnen otra vez brevemente. Según qué tradición, los fantasmas aparecen con distinto atavío, más o menos relacionado con su muerte (el clásico de la literatura occidental es el sudario o sábana mortuoria); el momento difiere, aunque por lo común es a la puesta de sol, a medianoche, en luna llena, a una hora fija o en una fecha determinada, por lo general la de su muerte, o de noche; sin embargo hay también apariciones poco puntuales que "se manifiestan" de forma imprevista e imprevisible en cualquier momento, incluso a mediodía. Los parapsicólogos los clasifican en residuales y conscientes; los residuales repiten siempre lo mismo y parecen ajenos a quienes los ven; los conscientes poseen actitud comunicativa y pueden interactuar con los vivos. Algunas ceremonias, como por ejemplo los exorcismos, tienen el poder de alejarlos durante un tiempo o definitivamente.

Los estudiosos del fenómeno afirman que existen también fantasmas de personas vivas (bilocación, doppelganger, fetch...) y documentan también la aparición de fantasmas de animales (por ejemplo el Perro negro, el Dip, la Pesanta o el Cadejo, entre otros), barcos, trenes, aviones, casas y pueblos fantasmas e incluso objetos fantasmas, como los tsukumogami japoneses o los domésticos de parasoles (karakasa) y linternas (chōchinobake).
Pueden aparecerse solos, lo que es lo más corriente, o formando grupos, incluso numerosos. Su manifestación en algunos casos es anuncio o aviso de algo positivo o funesto por ocurrir. También los hay de carne y hueso: en 1937 la folclorista estadounidense Zora Neale Hurston escuchó en Haití el caso de Felicia Félix-Mentor, fallecida y enterrada en 1907 y viva aún treinta años después como zombi semiconsciente a causa del habitual uso en el animismo vudú de dosis semiletales de drogas/veneno como tetrodotoxina, estramonio o datura que provocan parálisis temporal y locura permanente. Otras alucinaciones visuales o auditivas provocadas por enfermedades como la esquizofrenia o por las drogas, o bien las falsas resurrecciones espontáneas causadas por enfermedades como la rabia, la catalepsia etcétera pueden haber originado asimismo leyendas de aparecidos, revenants, vampiros y no muertos en personas predispuestas por prejuicios cognitivos y tradiciones culturales. Por otro lado, partes del cuerpo humano desaparecidas, amputadas o cercenadas pueden ser percibidas por el cerebro como miembros-fantasma. Para los espiritistas, un fantasma también podría ser un espíritu atrapado en nuestro mundo por medio de invocaciones, brujería o promesas (almas en pena).


La creencia en aparecidos (muertos que vuelven a aparecer para encomendar alguna misión) o revenants (lo mismo, en francés), espectros, ánimas del Purgatorio, almas en pena, o fantasmas es muy propia de la naturaleza humana, tanto que tiene visos de ser o constituir un meme antropológico abstracto que pervive, como otros tipos de superstición, a través de numerosos factoides concretos. Ha generado y genera una amplia literatura (novela gótica o de terror), inspira la cinematografía y el teatro y ha creado innumerables leyendas y mitos, si es que estos, inversamente, no han creado este bulo; la ciencia considera creer en fantasmas un tipo de superstición muy asentado en la psicología del ser humano, porque se alimenta de la necesidad de vida eterna, como la religión, y sublima una muerte inaceptable y aborrecible por medio del acto apotropaico de creer que la conciencia pervive más allá del fin de la misma. Estudios recientes indican que muchos occidentales creen en fantasmas; en sociedades donde la religión tiene mucho predicamento, como los Estados Unidos, una encuesta demostró que el 32% de sus habitantes cree en fantasmas y en la vida luego de la muerte o más allá, siempre en forma paralela a la religión o de forma menos regulada por un sistema escatológico como han hecho las religiones más frecuentes, que se aprovechan de este meme antropológico para crear estructuras económico-culturales de creencias.


Desde antiguo la mitología, la religión y otras manifestaciones de folklore o literatura han creído, o pretendido creer, en la existencia de entidades sobrenaturales, manifestaciones vitales o númenes más o menos inmmateriales de varios tipos:



1. Abstractos, más o menos alegóricos, como Dios.

2. Naturales o no humanos: inanimados sin movimiento o cosas, e inanimados con movimiento o semovientes, como el aire, el agua, el fuego, las plantas, los astros.

3. Naturales animados: animales o animalizados.

4. Antropomórficos.

5. Humanos.

Desde el más primitivo animismo, que otorga vida a todo lo semoviente o dotado de movimiento y evolución, así como a las fuerzas de la naturaleza (el aire, el agua, el fuego, la vegetación, los astros), muchas de estas categorías pueden asociarse, formar criaturas mixtas y recibir denominación o nombre, como el ángel o los dioses medio animales o animalizados de los egipcios y los japoneses. El fantasma vendría a ser una entidad entre el cuarto y quinto tipo por su origen humano, bien diferenciada de duendes, diaños, demonios, yōkai, genios, elfos, silfos, hadas y longaevi, restos de religiones desaparecidas a los que Heinrich Heine llamaba "dioses en el exilio". Para la mentalidad moderna, que ha desvitalizado el cosmos transformándolo en una cosa o un mecanicismo muerto y absorbiendo toda su vida en el yo y el antropocentrismo desde el Renacimiento, es más fácil creer por eso en fantasmas que en esos otros tipos de criaturas, cuyo predicamento estaba más extendido por el mundo politeísta antiguo y la Edad Media. El pensamiento prelógico y primitivo no distingue niveles entre lo real y lo imaginario, se rebela contra la idea inaceptable y abstracta de la muerte y considera que lo aparecido en sueños es indistinto y posee existencia real, justificando sus temores y concretándolos desde el mundo onírico o del sueño e identificando la imagen de un ser desaparecido por la muerte que aparece en este con un ser real no afectado por la conclusión, la desaparición y la muerte. Se cree así en otros grados de existencia, menos patentes pero considerados reales; es más, se calma así la inquietud existencial que provocan los sentimientos de culpa, de finitud y de muerte.

 HistoriaPara los pueblos primitivos los fantasmas tenían una vida infinitesimal y miserable, insuficiente para animar y mover un cuerpo, hacer latir su corazón y darle aliento o respiración, pero vida al fin y al cabo, ya que tenían bastante o la suficiente fuerza para manifestarse en los sueños para atormentar o avisar a los vivos o como sombras y apenas necesitaban alimento (en las culturas antiguas con culto a los manes y antepasados había un día anual designado para alimentarlos con ofrendas de alimentos o sacrificios, que los cristianos han sustituido por flores en el Día de difuntos o de Todos los Santos). Así se calmaba a los antepasados y se aseguraba su benéfica influencia. La creencia en fantasmas se testimonia desde los primeros textos escritos sumerios y egipcios: el fantasma de Enkidú se apareció a Gilgamesh en la llamada Epopeya de Gilgamesh. También se encuentra extendida por otras civilizaciones de muy distinto desarrollo cultural. La Odisea del griego Homero y la Eneida del latino Virgilio acogen viajes de ultratumba. Los romanos ponían un puñado de tierra sobre el cadáver porque si no el alma erraría por toda la eternidad en la ribera de la Estigia, y era preciso poner una moneda en la boca para pagar al barquero o el alma no tendría descanso. Por eso aterraba a los romanos navegar por el mar, ya que no recibirían honras funerarias. A los suicidas romanos se los enterraba con la mano cortada y separada del cuerpo, con el fin de desarmar a su espíritu, que hipotéticamente atormentaría a los vivos. Los fantasmas buenos para los romanos eran los manes o espíritus de los antepasados; los malvados eran las larvae, almas de hombres malvados que vagan errantes por las noche y atormentan a los vivos. Plutarco, en el siglo I, describe unos baños encantados en su Queronea natal donde aparecía el fantasma de un hombre asesinado. Otro celebrado fantasma fue descrito en una de las epístolas del historiador romano Plinio el Joven (VII, 27, 5-11), quien describe una casa encantada en Atenas donde aparecía un espectro que arrastraba cadenas; los sucesos cesaron cuando el filósofo Atenodoro alquiló la casa y fue guiado por el fantasma hasta un esqueleto enterrado y fue vuelto a sepultar con las debidas ceremonias. El texto está dirigido a un tal Licinio Sura:

La falta de ocupaciones a mí me brinda la oportunidad de aprender y a ti la de enseñarme. De esta forma, me gustaría muchísimo saber si crees que los fantasmas existen y tienen forma propia, así como algún tipo de voluntad, o, al contrario, son sombras vacías e irreales que toman imagen por efecto de nuestro propio miedo.
Otros escritores, como el romano Plauto (en su comedia Mostellaria) o el sirio Luciano de Samosata (en su relato Cuentistas o El descreído) también escribieron sobre fantasmas, aunque el precedente que más cabe citar es la compilación Sobre los hechos maravillosos de Flegón, liberto del emperador Adriano, origen de la leyenda de la esposa cadáver que reaparece en Proclo y sirvió de inspiración a Goethe para su Novia de Corinto y a Washington Irving para El estudiante alemán.

Una de las teorías que intentan explicar la religión los derivaría de la tendencia del pensamiento primitivo y prelógico a considerar que el mundo de los sueños forma también parte del real; por tanto, ver en sueños a personas fallecidas indica que no han muerto y que pueden interferir en la vida real. El origen de los fantasmas, pues, no sería distinto al de la religión en general.

En las civilizaciones orientales (como la china e india), muchos creen en la reencarnación o transmigración de las almas. Agregada a esta visión y dentro del Budismo, los fantasmas son almas que rehúsan ser recicladas en el curso del Samsara (ciclo de la reencarnación), porque han dejado alguna tarea por terminar. Los metafísicos y exorcistas de diversas religiones pueden ayudar al fantasma a reencarnarse o hacerlo desaparecer orientándolos o mandándolos a otra dimensión de existencia. En la creencia china e india, además de reencarnar, un fantasma puede también optar a la inmortalidad transformándose en semidiós y puede a través de su elevación espiritual trascender diversos planos o servir a los seres humanos, o bien puede bajar al infierno y sufrir ciclos karmáticos. En Japón, la religión shintoísta reconoce la existencia de espíritus de todo tipo y acepta la creencia en fantasmas como parte de la vida cotidiana. En la cultura malaya son prácticamente innumerables las leyendas y clases de fantasmas.

En Occidente la creencia en fantasmas se fue difuminando desde la creencia irracional en ellos de la Edad Media al escepticismo de la Ilustración en el siglo XVIII, cuando el padre Feijoo, embutido en una lucha sin cuartel contra las supersticiones, llegó a decir que "no hay fantasma ni espectro que no desaparezca al conjuro de una buena tranca". En ese mismo siglo, el doctor Samuel Johnson llegó a la conclusión de que el fantasma de Cock Lane en Londres era una filfa.

En el siglo XIX la creencia en fantasmas resurgió poderosamente merced a la tendencia irracionalista del Romanticismo y el desarrollo del Espiritismo, la Teosofía y pseudociencias como la Parapsicología.

El escéptico ilusionista James Randi prometió una alta suma de dinero a quien demostrase una evidencia creíble de la existencia de lo paranormal; nadie pudo conseguirla.Todavía en el siglo XX y XXI se sigue considerando a los fantasmas como almas en pena que no pueden encontrar descanso tras su muerte y quedan atrapados entre este mundo y el otro, a pesar del desarrollo de una corriente positivista, escéptica y científica, que intenta desacreditar esta superstición y cuyos representantes más conocidos son ilusionistas como Harry Houdini o James Randi. La creencia general común supone que el alma de un fallecido no encuentra descanso por una tarea que el difunto ha dejado pendiente o inconclusa ("promesa"): así, puede tratarse de una víctima que reclama venganza o un criminal que, por alguna causa, (haber sido enterrado con símbolos sagrados, por ejemplo) ve diferido su ingreso en el purgatorio o infierno. En la mayoría de las culturas contemporáneas, las apariciones de fantasmas están asociadas a una sensación de miedo y son fuente importante de estudio de recién nacidas pseudociencias, como la parapsicología. Aún es también importante dentro del estudio de ciertas religiones, como el Islam, el Budismo, Jainismo, Hinduismo, Shintoismo, Espiritualismo y Cristianismo, aunque cada una lo estudia de modo diferente. En las creencias de la Nueva Era, se intenta racionalizar la creencia tradicional afirmando que los fantasmas son cúmulos de energía negativa o que se trata de imágenes holográficas de personas que han dejado impregnado el ambiente con su imagen y sus actividades.

 Clases de fantasmasG. N. M. Tyrrell, autor de un clásico libro sobre el tema, Apparitions (Apariciones), publicado en 1943, identificaba cuatro grupos principales en base a la conducta adoptada por los presuntos espíritus, más conocida que su propia naturaleza.

Apariciones que frecuentan habitualmente un lugar determinado. Generalmente no suscitan miedo, son inofensivos y a veces llegan a ser tratados como un miembro más de la familia.

Apariciones post-mortem. Suelen tener lugar muy poco tiempo después de la muerte de la persona vista; no acostumbran a estar relacionadas con un lugar o un acontecimiento concreto.

Apariciones en casos críticos: el aparecido es alguien que está viviendo una experiencia importante (a menudo desconocida por el testigo de la aparición), como un accidente, una enfermedad o, por supuesto, la muerte.
Aparición inducida. En estos casos, el fantasma no es el de una persona muerta o moribunda, sino el de alguien vivo que intenta deliberadamente hacer que su imagen se haga visible a otra persona; se habla entonces de bilocación, si se trata de santos, o en el folclor alemán de doppelganger (en el irlandés, fetch).

                                  Poblacion Matta (Antofagasta)
   En un cementerio que albergó alrededor de 300 cuerpos, víctimas de la peste bubónica y la viruela, están ubicadas actualmente las viviendas que rodean las inmediaciones de la población Matta, lugar donde algunos vecinos aseguran ser víctimas de apariciones de fantasmas.


El emplazamiento del camposanto fue confirmado ayer por el historiador, ex regidor y alcalde de Antofagasta, Floreal Recabarren, quien señaló que durante el período edilicio de Santiago Gajardo, a comienzos de la década del 60, le correspondió personalmente la entrega de dichos terrenos a pobladores en toma en ese sector.

“Yo hice el asunto administrativo de los títulos de dominio y en ese lugar baldío todos sus propietarios estaban en conocimiento de esa situación”.

Indicó que algunos cadáveres fueron apareciendo durante la construcción de los cimientos de las casas, cuyos cuerpos no fueron removidos debido al temor que su traslado pudiera masificar la peste. “Por eso, los cuerpos fueron dejados ahí mismo, debajo de las casas”, acotó.

Recabarren recordó que tras la toma de los sitios que ya eran municipales se optó por entregar los terrenos a los vecinos.

“Parte de la población Matta era el “Cementerio de los Apestados” y eso la gente lo sabía”.

Explicó que en el tiempo del alcalde Gajardo, a principios del gobierno del ex Presidente Eduardo Frei Montalva, se logró terminar con las tomas en esos sectores.

El historiador explicó que el hecho que actuales poblaciones estén construidas sobre cementerios no es nada nuevo, ya que lo mismo ocurre en las inmediaciones del actual Colegio Antofagasta.

“En ese sector de la calle Iquique estuvo ubicado el primer camposanto que tuvo nuestra ciudad y después fue trasladado hasta donde actualmente se encuentran los cementerios General y Número Dos”.

Floreal Recabarren manifestó que la peste bubónica y la viruela afectó a Antofagasta a comienzos del siglo pasado, provocando cientos de muertos. “Los restos no eran entregados a los deudos por temor a que la enfermedad se propagara.

Murieron muchos adultos y niños a causa de este hecho”.

El docente detalló que la enfermedad fue expandida por las ratas que venían en los vapores, las cuales cruzaban nadando la bahía de Antofagasta. “Las pestes vinieron en los barcos desde el extranjero y las pulgas de los roedores atacaron a la población generando una mortandad y sufrimiento sin precedentes”.

Según los cálculos, en ese entonces se habló de a los menos 300 muertos a causa de la peste.

A un costado del Cementerio Nº 2 existió el antiguo hospital de la ciudad, lugar donde los enfermos fueron atendidos, y más al norte se ubicaba dicho camposanto que recibió los cuerpos de las infortunadas víctimas de las pestes para su entierro inmediato.

                               Hospital Roy H. Glober de Chuquicamata    El Hospital Roy H. Glober de Chuquicamata, cuyo edificio permanece abandonado desde que comenzó el traslado del campamento a Calama ha sido sindicado también como foco de hechos “extraños”.


Para muchos, el gigante verde está lleno de voces, ruidos e imágenes del pasado que simplemente se niegan a morir. Quizas, por la carga de dolor, tristeza y muertes que vivieron sus paredes y habitaciones, estas se perpetúan hoy en apariciones, sonidos y fenómenos espectrales

Los camioneros que descargan material dicen que evitan hacerlo en las cercanías del antiguo hospital, pues aseguran haber visto un niño que los saludaba desde sus ventanas ya sin vidrios.

Enfermeras y médicos que trabajaron en el mineral dicen haber convivido por años con el pequeño fantasma, que se aparecía especialmente al personal del turno de la noche.

Según Jaime Andrade, un antiguo paramédico conocido como “Jaimito”, el niño creció en el hospital afectado de una grave enfermedad respiratoria, y jugaba en sus pasillos hasta que una mañana falleció.

Actualmente el edificio está casi cubierto por los ripios, pero hay quienes aseguran que al pasar frente a él, se puede observar una pequeña figura jugando y riendo entre las ruinas.

                 ¿Qué dice la Biblia acerca de los fantasmas o apariciones?
 
   He aquí algunas verdades bíblicas relacionadas con apariciones, fantasmas y visitas de espíritus de gente muerta. Hay solo unos pocos incidentes que tratan de gente viva que en realidad tiene comunicación con una persona “muerta.”


a) En 1 Samuel 28:7-19, el rey Saúl buscó a una mujer con un espíritu de adivinación (demonio) para preguntarle a Samuel acerca de lo que debía hacer. El hecho de que ella verdaderamente manejara la comunicación con el muerto, la conmocionó (v.12), indicando que eso no había sucedido con anterioridad.


b) En Mateo 17:1-8, Pedro, Jacobo y Juan vieron brevemente a Moisés y Elías con Jesús.

c) En Lucas 16:19-31, Jesús cuenta la historia del hombre rico y Lázaro. En esta historia, podemos aprender que hay dos compartimentos para los muertos hasta el Juicio del Gran Trono Blanco (Apocalipsis 20:11…) También en la historia, el hombre rico pide que Lázaro sea enviado de regreso para advertir a los vivos. Abraham le dice que no serviría de nada, porque si ellos no creen en la Palabra escrita de Dios, tampoco creerán aunque alguno se levante de entre los muertos.

De estos tres pasajes de la Escritura, podemos concluir que por ahora, existen compartimentos en los cuales habitan los espíritus de los muertos, y que aunque hay pocas ocasiones en las cuales Dios permite interacción entre los vivos y los muertos, éstas situaciones fueron muy raras y para nada tan comunes como el contacto entre la gente y los seres angélicos. También Lucas 16:27-31 indicaría que no les está permitido a los espíritus humanos, regresar a visitar a los vivos sin permiso, y si el permiso no es otorgado aún con el propósito de prevenir a la gente de escapar de la ira venidera, menos sería dado por razones frívolas.

A diferencia de las dos instancias que tratan de un contacto o comunicación verdadera con la gente muerta, hay numerosas ocasiones que incluyen contactos con seres angélicos, tanto ángeles buenos como ángeles caídos (demonios). Muchas de las situaciones involucran a un ángel bueno descrito como “el ángel del SEÑOR,” refiriéndose a veces a la apariencia de la pre-encarnación del Hijo de Dios (Cristofanías). Pero muchos otros se refieren a ángeles buenos que Dios utiliza para ministrar a favor nuestro (Hebreos 1:14). Con este fin, algunas veces ellos manipulan las circunstancias físicas como en 1 Reyes 19:5-7 (el ángel toca a Elías y lo provee de comida y bebida); 2 Reyes 19:35 (el ángel hirió de muerte a 185,000 asirios); Daniel 6:22 (el ángel cierra la boca de los leones), Hechos 12:23 (el ángel hiere a Herodes por aceptar adoración como si fuera un dios)

De la misma manera, hay hechos registrados, en los cuales ángeles malvados (demonios) interactúan con la gente. Y también son capaces de manipular las cosas físicas. En Job 1:12-19, éstos manipulan a la gente para hacer lo malo; causando que cayera fuego del cielo que consumió al ganado y las ovejas; así como también que soplara un fuerte viento que derribó la casa en la que estaban los hijos de Job.

En los evangelios, se registran numerosas ocasiones en las que los demonios se posesionaban de la gente (Mateo 8:16,28 en ad.; 9:32-33; 12:24; 15:22; 17:18; etc.) En estos incidentes, y muchos otros, la manifestación de posesión demoníaca involucraba algunas enfermedades físicas (mudez, epilepsia, ceguera, y algunas veces una fuerza sobrenatural). Ellos también entraron en los cerdos antes de que se precipitaran por un despeñadero y se ahogaran en el mar, en Mateo 8:28 en adelante.

Hay que notar tres cosas acerca de los demonios: (1) Los demonios no tienen poder sobre ninguna cosa que Dios no permita; esto es, Satanás (y sus huestes de ángeles caídos) son como perros salvajes sujetados con correas y es Dios quien las sujeta. Ellos pueden hacer solo lo que Él les permite (Job 1:12; Job 2:6; Mateo 8:31-32). (2) Los casos que involucran demonios registrados en la Escritura, son más numerosos que los pocos casos de interacción con gente muerta. (3) Cristo le ha dado a Sus discípulos autoridad sobre los demonios (Marcos 16:17; Lucas 9:1; 10:9).
Podrías preguntarte, ¿porqué Dios aún permite que los demonios traten con nosotros? Si ellos están bajo Su autoridad, ¿por qué no les impide cualquier interacción con los humanos? En la insondable sabiduría de Dios, Él es capaz de usar sus malos deseos e intentos sobre nuestras vidas, y obtener algo bueno de ellos para los cristianos. En Marcos 1:13 Dios usa las tentaciones de Satanás para probar la ausencia de pecado en Jesús. En el libro de Job, Dios usa a Satanás para mostrar la integridad del carácter de Job, y más tarde recompensar doblemente a Job por todo lo que experimentó. En 2 Corintios 12:7, Dios usa la aflicción que Satanás inflingió sobre Pablo para evitar que se volviera orgulloso. En el caso de los no creyentes, Satanás y los ángeles caídos sirven como un tipo de catarsis trabajando junto con la influencia del mundo no redimido y los deseos de la naturaleza pecaminosa para mostrar a los corazones de los inconversos el mal que ya mora dentro de ellos, mostrándoles de esta manera a ellos y a los demás, lo que es su verdadera naturaleza (naturaleza caída) (Mateo 15:18-19; Efesios 2:1-3; Apocalipsis 20:7-9).

Ahora, mientras examinamos la Escritura – particularmente las epístolas que se enfocan en nuestra vida en la “era de la iglesia” – encontramos muy poco acerca de la manera en que debemos interactuar con los demonios, excepto el no atrevernos a dirigirnos a ellos basándonos en nuestra propia habilidad y fuerza (Judas 1:9).

Tampoco se nos dice que nos detengamos a preguntarnos continuamente si hay demonios trabajando a nuestro alrededor aún ahora. (Los hay… ¡y a veces se manifiestan ellos mismos!) Pero ya sea que lo hagan o no, ellos no deben ser nuestro enfoque, ¿Por qué no? Porque, una vez más, ellos no tienen autoridad, sino la que les es dada por Dios. ¿Quién y qué entonces debe ser nuestro enfoque? Nuestra atención necesita estar sobre Dios y los claros mandamientos que Él nos da en la Escritura; si Él es nuestro centro de atención, no necesitamos temer a nada más (Salmo 27:1).

No debemos dejarnos fascinar por el mundo de los espiríritus, sino por Dios y Su impresionante carácter y atributos (Salmos 27:4; Salmos 73:25). Y si en el curso de nuestro servicio a Cristo y nuestra dependencia de Él, encontráramos manifestaciones de posesión demoníaca o actividad demoníaca, solo necesitamos volvernos a Él en una simple oración llena de fe, confiando en Su Palabra y Su Espíritu Santo para que obre de la manera que Él decida. De hecho, esta es la manera como debemos enfrentar la vida cuando NO hay manifestaciones evidentes de involucramiento demoníaco, porque con frecuencia Satanás hace su trabajo más frecuente y efectivo en secreto, jamás hace que su presencia o la de sus demonios sea evidente (2 Corintios 11:13-15).

Si sucede que hubiera una manifestación de su presencia de alguna forma, debemos preguntarnos el por qué. ¿Hay algún ídolo pagano, un fetiche usado en la adoración pagana, etc. (Deuteronomio 32:16-17; Salmos 106:37-38; 1 Corintios 10:19-21)? O tal vez hay algunos que han permitido ellos mismos llegar a estar poseídos por un demonio, o hayan permitido una participación demoníaca en sus vidas por algún pecado repetido y serio (Efesios 4:27). Cualquier artículo de lo oculto que uno posea, debe ser quemado, como Pablo y los otros cristianos hicieron con los libros que fueron quemados en Hechos 19:18 y cualquier pecado conocido debe ser confesado a Dios (1 Juan 1:9).

En resumen, es bíblico creer en demonios y que lo que la gente cree que son apariciones, son o ilusionismo fabricado por charlatanes, o verdaderamente involucran actividad demoníaca, como la visita de espíritus humanos. El usar canales y búsquedas de guías de “mediums” o “espiritistas,” o el jugar con las tablas de la Guija, cartas tarot, sesiones espiritistas, o escuchar música satánica de rock pesado, es verdaderamente invitar el involucramiento de demonios en la vida de uno.

Es bíblico no obsesionarse con ellos y con el mundo de los espíritus. En ninguna parte de la Escritura puedes encontrar algún precedente de hacerlo así. Más bien, debemos impregnarnos de la Palabra de Dios (Salmo 119), con el conocimiento de Cristo (Filipenses 3:8-10), servirle a Él como sacrificios vivos (Romanos 12:1-2), y buscar hacer discípulos en todas las naciones (Mateo 28:18-20, etc.). La única liberación del pecado y del diablo que pueden obtener los perdidos, es a través de la que se encuentra solo en Cristo (Juan 8:32-36; Romanos 6:16-23; Efesios 2:1-10). Necesitamos concentrarnos en el Evangelio de Cristo para compartirlo con otros.

Ese Evangelio es el poder de Dios para la liberación del pecado y de Satanás (Romanos 1:16; 1 Corintios 1:18).


                                           Psicofonía
        Las psicofonías o fenómenos de voces electrónicas son sonidos de origen electrónico que quedan registrados en grabadoras de audio y son interpretados con hipótesis muy diversas por las personas que se dedican a su investigación y estudio.


Según los proponentes del fenómeno paranormal, dichos registros aparecen como voces (masculinas, femeninas, juveniles, seniles e infantiles) que enuncian contenidos significativos, presentando una morfología característica en cuanto a su timbre, tono, velocidad y modulación. Su aspecto de mayor interés radica en el hecho de que, según sus estudiosos, en ocasiones estas "voces psicofónicas" han respondido a preguntas de los operadores, llegando a producirse diálogo con éstos. Asimismo, se han obtenido sonidos de animales, ruidos de forma e intensidad muy diversa y también sonidos musicales. Estos registros suelen ser explicados racionalmente como resultado de pareidolia, apofenia (encontrar significados en hechos insignificantes) o simplemente fraudes por la ciencia.

Los representantes de la investigación parapsicológica admiten el efecto objetivo descrito, reconociendo, sin embargo, que en cuanto a su causa o causas disponen solamente de hipótesis más o menos fundadas.
  Existen numerosas teorías e historias respecto a cómo, quién y dónde habría sucedido esto. La historia más aceptada es la de que el impulsor de su existencia fue un productor de documentales y cantante de ópera, Friedich Jürgenson, nacido el 8 de febrero de 1903 en Estonia. En las vacaciones del verano de 1959, estando junto a Mónica, su mujer, intentó registrar el canto del pájaro pinzón para realizar un documental. Dispuso para ello un pequeño magnetófono cerca de un bosque a las afueras de su casa y guardó silencio mientras el sonido de los pájaros se registraba en el aparato, haciendo varias tomas. Decidió escucharlas dentro de la casa, reprodujo la cinta y comenzó —según él— a escuchar lo grabado y comprobar que no se había producido ningún error. El audio era nítido y se escuchaba a la perfección el trinar de los pájaros, pero comprobó que en la grabación aparentemente alguien imitaba el trinar de los pájaros, estropeando la toma, para después escuchar la voz de alguien hablando en noruego, haciendo comentarios sobre el trinar del pinzón. Desechó la grabación, pensando que alguien se había introducido dentro de la zona donde él estaba, sin que Jürgenson se percatara de ello. Al día siguiente repitió la operación de grabado, en la misma zona, poniendo cuidado de que nadie anduviera a varias decenas de metros del aparato, y de nuevo, al reproducir la grabación, junto al canto del pinzón, una nueva voz se escuchaba perfectamente, pero en esta ocasión creyó reconocer la voz de su madre, fallecida, diciéndole algo que sólo ellos conocían: el nombre cariñoso y familiar con que su madre le llamaba. Según Jürgenson, en la grabación se escuchaba algo así: Friedel… mi pequeño Friedel… ¿Puedes oírme?.




Así comienza la divulgación del supuesto fenómeno por todo el mundo. Entre los que lo han estudiado destacan Konstantin Raudive (primero en prestar atención a las grabaciones de Jürgenson y quizás quien más aportó al tema, hasta el punto de que las psicofonías también son conocidas como voces de Raudive), Hans Bender, Alex Schneider,Theodor Rudolf, H. Heckman, G.W. Meek, P. Jones, Klaus Schreiber, Ken Webster, el matrimonio Harsch-Fischbach, Hans Otto Koening y, dentro del panorama español, Germán de Argumosa -introductor del fenómeno en España, tras tomar contacto con Raudive, Bender, Schneider y el P. Leo Schmid, con los que colaboró-, Sinesio Darnell, Fernando Jiménez del Oso, Pedro Amorós, etc.

 Hipótesis que intentan explicar el supuesto fenómenoExisten casi tantas como investigadores, aunque hay algunas más aceptadas que otras.

Ventriloquía subliminal/inconsciente - Se trata de una de las primeras teorías explicativas al supuesto fenómeno. La teoría en cuestión asegura que las psicofonías son voces de los propios investigadores que involuntariamente mueven las cuerdas vocales y la laringe, produciendo sonidos imperceptibles entre los presentes pero que se registran en el aparato grabador. Es una teoría que se ha vuelto menos popular con el transcurrir de los años.

Interferencias radioeléctricas - Se explican las psicofonías, o al menos algunas de ellas, como resultado de interferencias radioeléctricas con el aparato grabador. Se han obtenido psicofonías utilizando aparatos grabadores instalados dentro de jaulas de Faraday, que anulan en gran parte las interferencias radioeléctricas, pero no totalmente. Tradicionalmente se ha esgrimido este argumento para desechar la posibilidad de que las interferencias radioeléctricas sean el origen de algunas psicofonías, aunque en la práctica las jaulas de Faraday no son un blindaje perfecto contra las interferencias y el argumento se debilita.

Sonidos del más allá/voces de los muertos - Es la teoría más difundida, sobre todo entre el público en general. Su punto débil es que es seudocientífica, ya que se basa totalmente en creencias de carácter religioso e hipótesis no demostradas o indemostrables por su propia naturaleza.

Habitantes de otros planetas (extraterrestres) - Es una de las teorías menos barajadas, pero cuenta con cierto número de investigadores que creen firmemente en esta explicación. Es equiparable a la anterior.

Actuación de la mente del investigador - Es otra de las teorías más difundidas. Se trataría de una emanación mental a nivel inconsciente por parte de los investigadores y que actuaría sobre la materia (grabadora, micrófono...). No se especifica de qué clase de emanación se trata ni se describe el mecanismo concreto por el que quedarían grabados los sonidos.

Pareidolia - La pareidolia es un fenómeno que consiste en la interpretación de un estímulo vago y aleatorio como algo reconocible y ordenado. Es el fenómeno que nos hace percibir formas reconocibles en las nubes y palabras inteligibles en nuestro idioma en canciones cantadas en un idioma diferente, por ejemplo. El ruido de una grabación puede ser interpretado como voces, gritos y otros sonidos asociados a la actividad humana sin que necesariamente sean reales.

Fraude - En un tema dado a la especulación pseudocientífica, con la consecuente falta de control que implica la no aplicación del método científico, no puede descartarse la posibilidad de fraude en algunos casos y por diversas razones. Psicofonías dadas por ciertas, parecen no ser mas que un mero fraude reproducido por medios burdos, como la del famoso "Fantasma de la diputación de Granada", según se puede comprobar en un vídeo en la red.
Psicokinesis - Según ciertas teorías existe la posibilidad de desplazar objetos utilizando la mente. De forma que los sonidos son grabados en la cinta de forma consciente o inconsciente por la persona que realiza la grabación. De ahí su etimología Psico (mente)fonia(sonido). Este proceso, el de influir con la mente sobre la materia, se conoce como "Psicokinesis".
Voces en el aire* - Otra de las teorías que se le dan a este fenómeno es la posibilidad de que todas las ondas que emitimos se almacenan en el aire, y así, cuando un investigador se pone a grabar, capta esas ondas que se quedan registradas en la cinta o dispositivo de grabación.


    
  

    
    
   
   
   

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