Cada vez son más las personas que se unen a los festejos de Yemanjá y le realizan sus ofrendas cada año. Yemanjá es reconocida como la diosa del mar y la cual brinda protección y prosperidad para cada nuevo año que comienza. Los rituales en honor a la Madre Yemanjá (Mae) comenzaron a desarrollarse en Brasil sobre todo en las playas de Río de Janeiro (Buzios), Porto Alegre y Bahía para convertirse en la actualidad un fenómeno que se desarrolla en varios países, sobre todo en Uruguay.
Es la diosa del mar, siendo el significado de su nombre el de diosa de los peces o madre cuyos hijos son los peces. Los colores con los cuales se la identifica son el azul, blanco, verde y rosado.
Si bien su festividad es el 31 de diciembre, en países como Uruguay cada año el día 2 de febrero se le realizan una gran cantidad de ofrendas que son lanzadas al mar, tales como flores blancas, alhajas, frutas y todo aquello que Yemanjá recibe con placer por parte de sus fieles.
Lo más tradicional es ingresar al mar con dos copas de vino, una bandeja y velas, para luego entregar a la diosa la ofrenda que se ha preparado especialmente para el acontecimiento.
Yemanjá es la hija de Olokum y madre de 16 orishas, donde dependiendo del lugar se cree que hay 7 diosas o 1 sola que llega por 7 caminos diferentes.
Las raíces del culto son afro-brasileñas, proveniente del candonblé y siendo la protectora de los pescadores y de todas aquellas personas que se encuentran fuertemente vinculadas al mar.
En la ciudad de Bahía, los festejos de Yemanjá comenzaron a tomar mayor repercusión desde el año 1920, donde luego de un pésimo año de pesca los pobladores de un pequeño pueblito decidieron retomar las tradiciones umbandistas de sus antepasados esclavos que llegaron de Africa.
La colorida fiesta de Yemanjá es una enorme manifestación de fe y esperanza donde se pide protección a la madre de los orixás, siendo ella la encargada de ofrecer una año próspero con su guía espiritual.
Una de las características principales de Yemanjá es que no tolera la mentira y la traición, siendo esta la razón por la cual los verdaderos hijos de Yemanjá no se entregan fácilmente a ningún tipo de relación. La fuerza y la determinación son dos pilares fundamentales.
La ciudad de Montevideo se ha convertido junto a Bahía, Ibiza y Buzios en una de las ciudades donde Yemanjá tiene más seguidores.
Incluso en la costa de la capital de Uruguay se cuenta con un monumento que fue creado en su honor, y es el sitio donde sus fieles se reúnen cada año como punto de partida hacia el mar para llevar las ofrendas.
Fragmento de un poema uruguayo en honor a Yemanjá:
…Yanaina, madre pura
exenta de todo mal
purifica nuestras almas
y bendice nuestro hogar.
Alivio de nuestras penas
princesa del Aluká
recibe nuestras ofrendas
Marabó, Ynae, Yansá, Ynae, Donha María
nuestro espíritu es tu altar
postrados te celebramos
sirena de macurá.
Yemanjá es la diosa del mar, orisá femenino del panteón yoruba, originaria de Nigeria y trasladada al continente americano en el periodo del tráfico de esclavos junto con el resto de sus religiones y costumbres. Siguiendo las prácticas del sincretismo, se identificó con ella a la Virgen María bajo su advocación de Stella Maris, patrona de los navegantes, marineros y pescadores, quedando trasformada así para los afroamericanos en Iemanjá, diosa que reina en el mar, madre generosa que representa tambien la fertilidad, protectora de los barcos y de los pescadores y dueña de los frutos del mar.
Esta diosa es venerada desde tiempos remotos por millones de africanos. Luego, en América, personas de todas las razas movidos por la fe se han adherido a su culto.
La fiesta es impresionante y, ya desde la madrugada del dia de la Virgen, largas procesiones de creyentes vestidos, generalmente de blanco con cintas y multitud de flores blancas y celestes, gigantescas fuentes de ofrendas y barcas se trasladan a las arenas de las playas, donde encienden cientos de velas celestes y blancas.
Se realizan bailes religiosos, suenan los tambores y los cantos religiosos y de alabanza para iniciar la ceremonia. Se hacen ofrendas de comidas elaboradas con mazamorra blanca (maiz blanco con leche y miel), palomitas de maíz, peras, pescados, ostras y caracoles. Muchísimos caracoles que son arrojados al mar al igual que millones de flores blancas, y en el mar se perciben las barcas iluminadas con velas y cargadas con perfumes y conchas de caracoles.
Fuente de femineidad y belleza, representa a la madre sabia y a la unión. Cantidad de enamorados, de madres, de enfermos, de personas que piden y de otras que agradecen salen ese día al mar en busca de protección y de esperanza o de gratitud. Según la leyenda, se dice que aquellas ofrendas que son devueltas a la costa es porque el pedido no ha sido atendido por la santa.
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