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viernes, 28 de agosto de 2009

El Desdoblamiento

ste fenómeno es conocido desde antiguo como bilocación, la facultad de estar presente en dos lugares a la vez y en el mismo tiempo. En la historia de algunos santos católicos, como San Francisco Javier, nos encontramos casos demostrativos.










Proceso del desdoblamiento astral.

Se desdobla aquel que sale su alma, o se proyecta, fuera del cuerpo (aunque sigue conectado a éste) siempre en el mismo contexto de espacio-tiempo. Dicho de otra forma, el desdoblamiento se produce tanto en cuanto el sujeto sigue estando en su propio tiempo, si se desplaza fuera de ese contexto a otro espacio-tiempo ya estaríamos hablando de un viaje astral. Sirva de ejemplo para entenderlo mejor: cuando se produce el fenómeno de salida del alma del cuerpo, si se comprueba de que se sigue estando en la habitación donde comenzamos la experiencia, podemos afirmar que se ha producido un desdoblamiento, sin embargo, si nos vemos en la Roma de los césares de hace dos mil años es obvio que se trata de un viaje astral.



Para evitar futuras confusiones, y habiendo reconocido ya que el cuerpo astral sirve como vehículo y soporte para el alma, nos referiremos siempre al cuerpo astral. Los desplazamientos de este por el espacio traen en consecuencia el conocimiento de una nueva óptica del conjunto que nos rodea. No se debe confundir nunca el concepto de desdoblamiento con el de viaje psíquico, que es una forma de viaje telepático que tiene el individuo en trance profundo y que normalmente sirve para extraer visiones de lugares, personas y acontecimientos sin haber estado allí.



Tanto unos como otros experimentos no deben realizarlos aquellos que padezcan enfermedades del corazón de cualquier especie; tensión alta; cualquier seria afección de los nervios, sistema circulatorio o respiración. También aquellos que su estado emocional o psíquico lo desaconseje.






Proceso Técnico:

Las técnicas de autohipnosis suelen ser muy útiles para este tipo de experiencias, ahora, que si tenemos otros intereses se puede inducir a hipnosis a otro sujeto y probar con él . Ni decir tengo que quien no esté familiarizado con el mundo de la hipnosis procure realizar el experimento consigo mismo.



En primer lugar hemos de buscar el lugar donde realizar la experiencia. Para esto es recomendable, yo diría casi imprescindible, una ubicación tranquila y silenciosa, alejada del paso de personas que pudiesen interrumpir el ejercicio (cosa bastante fastidiada).





En segundo término, una vez logrado lo anterior, buscar una cama (o un colchón), algo donde podernos tumbar que no sea ni excesivamente blando ni duro. Aligerarnos de prendas que aprieten, mejor desnudos, y nada de llevar objetos metálicos encima tales como anillos, pendientes o colgantes. Ahora nos echamos tumbados mirando hacia arriba, de "supino", posición recto espalda. Los brazos extendidos a los lados y las piernas hay que colocarlas juntas, no se han de cruzar los brazos ni las piernas.





Lo tercero es la respiración. Es fundamental que sea rítmica, es decir establecer un patrón de respiración que nos permita realizar la experiencia sin estar al tanto detalles tales como la forma de respirar. Se establece como bastante práctica la respiración en tres fases de llenado y vaciado. Explicado de la siguiente manera: (con los pulmones vacíos) llenar primeramente la cavidad inferior, es decir hinchar el estomago. A continuación la parte media, el pecho. Para terminar con el llenado de los pulmones en su parte superior, subiendo los hombros. Guardar ese aire algunos segundos; expirar lenta pero totalmente hasta sentir los pulmones vacíos y aguantar unos segundos. Hecho esto volver a inspirar como antes he indicado, lograr una continuidad y buscar que este acto sea más bien mecánico, de manera que no se deba prestar más atención en él. Es tan importante el modo se respirar que baste decir que con él aceleramos la circulación sanguínea, fundamental motivo para que el cuerpo astral vibre y tenga la oportunidad de desprenderse.





El cuarto paso es la autosugestión. Nos debemos relajar, "dejarnos llevar... más todavía, más, más...descansa, descansa; no te preocupes por nada, déjate llevar...relaaajate". Algo así debemos pensar para relajarnos de nuestra tensión cotidiana; si nos concentramos en que "no debemos pensar en nada" será contraproducente, porque basta con pensar en ello para pensar que estamos pensando en ello, valga la redundancia. Pasados "X" minutos (cada uno tiene que tomarse su tiempo) es harto probable sentir un hormigueo en algunas zonas del cuerpo, que se va extendiendo ocupando el resto. Ahora fijemos nuestra atención al movimiento interno del cuerpo astral. El aura está irradiando energía, el cuerpo astral vibra como un diapasón; es el momento de la salida.





El quinto paso la proyección. Queremos salir y somos conscientes que ahora es el momento. Aumenta la sensación de que nuestro cuerpo pesa mucho, más, más todavía, mientras que por otra parte notamos cierta ingravidez que nos impulsa en dirección superior. Es buena técnica la de buscar sentir o notar que crecemos por los pies primero, para luego hacerlo por la cabeza. Parar. Volver a hacerlo. Parar. Ahora vamos a subir, subir, subir, ... Según tengamos la autentica sensación de proyección se debe intentar girar astralmente sobre uno mismo para quedarnos mirando al cuerpo. A nuestro cuerpo.



Ya estamos fuera del cuerpo, es posible que notemos algunas presencias más aparte de la nuestra; es normal. No hay que sobresaltarse. Siempre que queramos podemos regresar al cuerpo sin esfuerzo ninguno, es más, cuando llevemos un tiempo ejercitando nuestras proyecciones veremos que es más difícil mantenerse lejos del cuerpo, que cualquier idea nos lleva a él.

Sensaciones Extracorpóreas


Voy a enumerar algunas de las sensaciones que por experiencia sé que se pueden presentar: Algunos objetos que conocemos por nuestra experiencia sensorial cotidiana se vuelven fluidos, pastosos. Visiones e ilusiones ópticas de todo tipo; vemos gente, bosques, nubes, construcciones... Sensaciones de tipo olfativo. Olor a flores, rocío, aire puro, distintas fragancias y perfumes. Impresiones táctiles de objetos y cosas totalmente imperceptibles para el sentido de la vista. El sentimiento de conocer algunos lugares o personas, circunstancias y otros datos sin haberlos visto nunca, o sin tener conocimiento de su existencia.



Es recomendable llevar una especie de diario de abordo o libro de bitácora, y escribir en él nuestras experiencias extracorpóreas para ir depurando, y mejorando, día a día nuestros conocimientos.



                      Tecnicas para el Viaje Astral:


Si se presta atención a este evento, se puede observar que hay algo que ocurre que es más significativo que el desplazamiento: Es el acceso. Ese preciso instante es el que separa el "mundo cotidiano" del "mundo astral". Si se desea acceder a ese plano, es ese instante el que lo va a hacer posible. Una vez se ha accedido, el hecho de desplazarse voluntariamente o no es una acción que dependerá de tres factores:




1.- El Objetivo de la entrada

2.- La cantidad de energía

3.- La práctica en darse órdenes de acción en el plano astral.



La calidad y duración de la experiencia vendrá determinada por los anteriores factores y por la práctica de atención.

El logro del objetivo irá de la mano de los factores anteriores más la complejidad del objetivo marcado.

El acceso es posible realizarlo utiliando un vehículo, el vehículo astral, el doble, como se comentaba anteriormente.

Saber cómo hacerlo operativo y de qué manera direccionarlo y fortalecerlo, es la clave para poder acceder, experimentar y llevar a cabo las acciones.

Por supuesto es posible acceder al mundo astral sin tener conciencia de todos esos factores que se han mencionado. Nuestra globalidad de ser actúa sin, a veces, percatarnos de ello, pero lo interesante y el verdadero logro del acceso es ser el director consciente de él. Decidir, una vez se ha accedido, qué se va a hacer mientras dure la experiencia.



El mundo astral no es un mundo ajeno a nosotros ni es sólo un lugar donde se va y se vuelve. Es mucho más que eso. Es un modo más amplio de entender la realidad donde nos encontramos.

Esto hace reconocer que el mundo en el que ordinariamente vivimos sólo es una interpretación, una de las muchas maneras que podemos percibir la realidad.

Podemos englobar en 5 grandes bloques los tipos de accesos más comunes:





Accesos parciales

Accesos inconscientes sin recuerdo

Accesos inconscientes con recuerdo

Accesos conscientes sin control de movimiento

Accesos conscientes con control





Accesos parciales

En este primer tipo de acceso, el sujeto que accede puede encontrarse con estos dos casos:

1- Experimentar las sensaciones de acceso y observar cómo parte del doble se desprende de su cuerpo físico. Normalmente sucede con las extremidades.

2- No experimentar las sensaciones de acceso. Por norma general, el sujeto cree que abre sus ojos físicos y ve alguna o algunas de sus extremidades perpendiculares al lecho. Pueden, por ejemplo, verse las piernas en perfecto ángulo recto con su cuerpo, sin control sobre ellas. Esta percepción se realiza desde el cuerpo que accede, desde el doble.

La experiencia finaliza sin haber accedido por completo con el vehículo de acceso, sin haber logrado un desprendimiento completo del físico, pero es una experiencia muy valiosa, pues la percepción de la situación es igual de válida que si se accede por completo. No se obtiene el mismo tipo de información que con un acceso con la totalidad del vehículo de acceso, pero se ha realizado un cambio en el estado de la conciencia. Se ha situado la persona en la frecuencia que permite operar al doble.



Accesos inconscientes sin recuerdo

Ante un acceso al plano astral, se encuentra la necesidad de proyectar imágenes para identificar de algún modo aquellas configuraciones energéticas que se perciben, aunque existe algún caso en que la proyección es "tomada prestada" por la configuración que se percibe. En el caso del acceso de seres conocidos, es indiferente la imagen con la que se le perciba, pues de alguna manera se identifican independientemente del aspecto que tengan, siempre que se las conozca, aunque sea poco.

Si se tiene una buena capacidad en sostener las imágenes, éstas se mantienen durante el tiempo que se esté fijando la atención sobre ellas, permitiendo ser analizadas si es necesario. Si no, la imagen cambia en poco tiempo, es posible perder el control de la situación y que se generen dudas acerca de lo percibido.

Si un "sujeto A" tiene una buena capacidad en sostener las imágenes y percibe a un ser conocido "sujeto B" y éste, no recuerda nada de lo sucedido al entrar en el estado ordinario de conciencia, el "sujeto A" puede asegurar que el "sujeto B" ha tenido un acceso al plano astral inconsciente sin recuerdo.





Accesos inconscientes con recuerdo

Son accesos en los que se realizan acciones, pero no se tiene control consciente sobre ellos. Este es el bloque donde se ha hecho común el término “viaje astral” ya que es el modelo de acceso con recuerdo más común y es en éste en el que normalmente existe un desplazamiento que en la mayoría de los casos es horizontal. En este tipo de accesos, la persona puede verse realizando acciones sin ser consciente de la acción en sí y es en el momento en el que lo recuerda, una vez situada su conciencia en la realidad ordinaria -es decir, al despertar o volver al cuerpo físico- , cuando valora el alcance de su experiencia. Mientras dura la experiencia, actúa y ejecuta movimientos, pero no son debidos a órdenes directas; no se han deliberado, al menos desde el mismo sitio desde donde se actúa al acceder de manera consciente y control. El sujeto se ve haciéndolas, pero sin una voluntad controlada.





Accesos conscientes sin control de movimiento

Los primeros accesos conscientes sin control de movimiento suelen ir acompañados de una fuerte sensación de desconcierto, debido a la falta de recuerdo de accesos a ese estado y más aún si no se sabe qué es lo que está ocurriendo. Las primeras sensaciones en los primeros accesos conscientes es posible que se observen acciones como la de oscilar rígidamente sin control, flotar sin control, falta de visión, intento fallido de hablar o falta de capacidad de movimiento, todo ello en referencia al cuerpo que accede, al doble. Es posible que en esta situación, nuestra autoprotección ante eventos ajenos a nuestro entendimiento racional, provoque el cese de estas sensaciones con el resultado del impedimento de la permanencia en ese estado y el consecuente regreso al estado común de conciencia o vigilia. En definitiva, en este tipo de acceso, el sujeto es consciente de lo que está ocurriendo, pero no es capaz de actuar.



Accesos conscientes con control

Es en este tipo de accesos en los que se dispone de un control tanto de movimiento y acción como de percepción. No obstante, pueden haber lagunas de recuerdo. Depende en gran parte del nivel de energía de acceso. Dentro de este apartado hay un a banico extenso de niveles de acceso: Desde el acceso donde puede haber dificultad de movilidad y en sostener la percepción durante unos segundos, pasando por completar una experiencia con cambios de conciencia del físico al doble y a la inversa a voluntad, hasta ¿...?. El nivel de energía de acceso y la práctica es lo que va a marcar el nivel de operatividad. Practicar significa trabajar con el doble haciéndole (haciéndonos) realizar ejercicios que permitan mantener el orden de las secuencias y percibir el entorno de una manera sostenida. Poco a poco la persona se va sintiendo cada vez más cómoda en ese entorno y con mayor capacidad de acción. A medida que “pasa el tiempo”, los actos pueden ser más complejos y lo más importante es que el traslado de la experiencia al regreso al estado normal de conciencia, se mantiene, sin lagunas. Por ello, si uno se quiere adentrar en la práctica del acceso al plano astral, es aconsejable “aprender a andar” antes de “aprender a volar”.



Una variante de los accesos son los accesos inducidos en los que un sujeto activa el cuerpo de acceso de otro individuo y provoca un acceso al plano astral. Maniobra que permitirá el acceso de cualquiera de los tipos de acceso que se han mencionado en esta sección, dependiendo de las condiciones del sujeto al que se le provoca.

Acceder al plano astral es situarnos en una frecuencia distinta de la habitual. Para ello primero hemos de ser conscientes de que somos como un dial, que estamos sintonizados en una frecuencia, que existen otras frecuencias y que podemos acceder a ellas.





SENSACIONES DE ACCESO – Reacciones Fisicas





Características principales que pueden acompañar a un acceso desde un estado de relajación profundo o desde la hipnagogia (estado fronterizo entre el sueño y la vigilia):

- Inusual falta de sueño sin motivo (noche)

- Rigidez del cuerpo físico

- Zumbido en la zona auricular

- Vibración ubicada en los límites del físico (piel) hacia afuera

- Aceleración del ritmo cardiaco

- Sensación de cese de respiración (sólo es una sensación pasajera, aunque intensa)

- Oír claramente una voz

- Imposibilidad de hablar





Posibles síntomas físicos de "regreso al estado ordinario de conciencia":

- Falta de movilidad que puede provocar angustia. Generalmente, cuando se siente este síntoma, se intenta mover todo el cuerpo para salir de ese estado. Si se centra en mover una parte pequeña de su cuerpo (la punta de un dedo, por ejemplo) focaliza su atención y la salida de ese estado es rápida.

- Sensación de falta de respiración. Desaparece cuando reaparece la movilidad

- Sabor de boca poco común, a veces parecido a algo químico e intenso

- Ritmo cardiaco acelerado





AVISO

Aunque no se ha detectado hasta la fecha ningún caso en el que haya habido algún tipo de problema físico o psíquico derivado de las prácticas para acceder al plano astral,no se recomienda este curso a:

Personas con problemas cardiacos, dadas las reacciones físicas que pueden producir los primeros accesos.

1 comentario:

  1. Que excelente nota, los viajes astrales son verdaderos, Ángel me gustaría que investigaras a manera personal sobre David Wilcock, quien ha hecho descubrimientos asombrosos sobre el tercer ojo, llegando hasta ubicarlo espacialmente el interior de nuestra cabeza, y se dice que sería la glándula pineal, esta teoría esta siendo bastante respaldada, ya que posee evidencias en las civilizaciones antiguas y en textos sagrados, solo hay que saber interpretar.

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